miércoles, 4 de mayo de 2016


 ONDEROS Y JIPITECAS


En el periodo que abarcó parte de las décadas de los sesenta y setenta emergieron en la ciudad de México los onderos o jipitecas, cuyas prácticas culturales estaban ligadas a las tendencias rockeras y movimientos culturales estadounidenses.

Esta cultura juvenil de clase media tenía un comportamiento transgresor, en el que destacaban el uso de drogas y la libertad sexual. Su imagen se componía mediante la apropiación de las formas de vestir y actuar de sus ídolos rockeros.

LOS PUNKS
El estilo punk fue el corazón simbólico de la generación de los ochenta, que tuvo mayores adeptos entre ciertos jóvenes de las ciudades de México y Nezahualcóyotl. Esta cultura juvenil fue la primera en insertarse en una identidad generacional cosmopolita y global, que manifestaba su rechazo al sistema social y a ciertos patrones culturales.
El cabello en puntas y de colores, la mezclilla y la piel, las botas, los estoperoles y cadenas, delineaban una imagen estridente que simbolizaba el rechazo al sistema.

CHOLOS


Durante los ochenta e inicios del noventa los cholos, organizados en clicas o gangs construidas a partir de los lazos afectivos conformados desde la infancia en los barrios, constituyeron ámbitos de interpelación juvenil popular en la ciudad.
Esta cultura juvenil, heredera del pachuquismo, también tuvo sus orígenes entre los mexicanos de la zona fronteriza del país, de donde derivaría su estética exagerada: pantalón bombacho marca Dickies, camiseta holgada, tenis, a veces tirantes y en ocasiones paliacates, cadenas que van del cinturón al bolso del pantalón, malla para sujetarse el cabello y tatuajes de la Virgen de Guadalupe o el símbolo de su clica.

SKATOS



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